1 litro de agua caliente: Base líquida fundamental que facilita la disolución del jabón rallado y actúa como vehículo para todos los demás componentes, determinando la consistencia final del producto.
1 taza de vinagre blanco: Agente desinfectante natural potente con propiedades antibacterianas, elimina manchas, disuelve residuos minerales y neutraliza olores desagradables sin dejar químicos tóxicos.
1/2 taza de bicarbonato de sodio: Limpiador abrasivo suave con propiedades desodorizantes excepcionales, blanquea superficies y potencia la acción limpiadora del vinagre mediante su reacción química característica.
100 gramos de jabón neutro rallado: Proporciona el poder limpiador básico y ayuda a crear la textura cremosa del producto, puede ser jabón de glicerina o cualquier jabón sin perfume.
10 gotas de aceite esencial: Ingrediente opcional que aporta fragancia natural agradable y propiedades antibacterianas adicionales, opciones populares incluyen lavanda, limón, eucalipto o árbol de té.
Preparación
Etapa 1: Comience preparando todos los ingredientes y utensilios necesarios. Ralle el jabón neutro con un rallador de cocina de agujeros finos hasta obtener 100 gramos de escamas pequeñas y uniformes. Las escamas finas se disolverán mucho más rápido y eficientemente que trozos grandes, garantizando un producto final homogéneo y sin grumos.